SALIENDO DEL INFIERNO.
(Libro escrito por la joven bogotana
de 22 años que falleció a causa de la enfermedad).
Entre tantas historias sobre esta enfermedad
que comúnmente padecen las mujeres, la vida de Diana Rincón quien tenía 22
años, impacta, El Nuevo Herald-Miami, asegura que la joven que era cristiana.
Diana era la única hija de Adriana Urrutia,
empleada de una escuela bogotana, y de Carlos Julio Rincón, pastor cristiano.
Durante cuatro años continuos la calificación promedio de Diana en la facultad
de diseño de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, fue de 4.
85
sobre 5, y a los 13 años de edad conformó y lideró un grupo cristiano de 12
niños en el barrio bogotano Santa Isabel, de clase media baja.
Pero a los 16 años, Diana comenzó a padecer
por primera vez anorexia, enfermedad emocional mental de creciente propagación
en Latinoamérica que induce a la persona a dejar de comer porque por más
delgada que esté, se sigue percibiendo con sobrepeso. Los estudios revelan que
esta enfermedad mata al 10% de las personas que la padecen, pero mayor parte de
adolescentes.
Diana, falleció un 30 de octubre del año
pasado, en su agonía de cinco años por anorexia, escribió un libro inédito de
100 páginas. Su madre, Adriana Urrutia, dos meses después del entierro, lo
rescató de la computadora de su única hija y le confió los originales a El
Nuevo Herald.
En el libro, Diana tituló su obra antes de
morir: “Saliendo del infierno”, coincide con su madre: “De ese día en adelante,
mi mamá ya no tenía dudas de que algo realmente serio estaba sucediendo”,
escribió Diana la cual ser convirtió en una imagen pública cuando dio su
testimonio y expuso su cuerpo en un programa especial del canal de televisión
RCN.
Otras jovencitas comenzaron a consultar a
Diana por internet y ella las aconsejaba. “Ustedes no saben en lo que se están
metiendo”, solía decirles a las que parecían estar más afectadas, recuerda la
madre. Sin embargo en Diana existía una falsedad: “Cuando enfermé me convertí
en un mundo de mentiras y en la reina de la manipulación”, escribió la joven.
La psiquiatra Victoria Pérez y la psicóloga
clínica Sandra Beltrán, cabezas del grupo científico Cambio Vital que atendió a
Diana durante años, logró en varias ocasiones ponerla en vías de recuperación,
le propusieron llevar un diario sobre su enfermedad. Esperaban que fuera un
ejercicio terapéutico salvador. Pero desgraciadamente murió.
Este fue el libro escrito por Diana en su lecho de muerte.
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